21:30: En medio de la fría noche suena el teléfono y me avisan que "ELLA" estaba lista para que la fuéramos a buscar.
Media hora me separaba de esta cachorra atigrada que será mi compañera por el resto de su vida... No podía creer que después de 5 meses, iba a tener una colita moviéndose en la casa nuevamente... Alcancé a echar la cámara fotográfica a la cartera y partimos al criadero. Una mezcla de alegría y tristeza me invadió. Estaba nerviosa.
Finalmente llegamos y la vimos, junto con un hermano de camada y otro hermano varios meses mayor. Ahí estaba, frente a mis ojos la cachorra que la Existencia puso en mi camino: no era "un perro", no era cualquier perro. Se habían cruzado circusntancias muy particulares para que ELLA estuviera a punto de compartir su vida con la mia.
Después de recibir instrucciones básicas por parte de los criadores para el confort y buen desarrollo de esta hermosa perrita, partimos de vuelta a la casa. Ella sentada en mi falda, con la mirada fija al asiento del conductor.
Una vez en la casa, pusimos a punto los últimos detalles para que la cachorra -sin nombre- durmiera cómoda y tranquila...
Para nuestra sorpresa jamás se quejó. Ni un lloriqueo ni un destrozo. Supo de inmediato cuál era su casa y desde dentro nos miraba con cara de "no se preocupen, estoy bien".
Así comienza la historia de mi pequeña Gran Danés rayada...
